Cuando tenemos llenos nuestros depósitos del rico polen, volvemos a la colmena a descargar. Al final del día es una tarea agotadora, pero nos sentimos orgullosas de hacerlo.

Los panales donde depositamos el polen, los construyen las abejas obreras jóvenes que segregan unas escamas de cera que salen de entre los anillos de su abdomen, las llevan hasta la mandíbula, las mastican con saliva, propóleo y un poco de polen y hacen una pasta blandita que pueden modelar muy bien, y así construyen esas celdillas hexagonales tan bonitas. Los humanos utilizan esta cera para hacer velas y otras cosas, también aprovechan el propóleo, la jalea real y el polen. ¿A que somos muy eficientes?

Además, gracias a nuestro trabajo conseguimos que las plantas puedan reproducirse porque con nuestras idas y venidas las polinizamos y así conseguimos que la próxima estación haya más plantas y más flores.

Me voy volando. Seguiré contándoos más cosas de mi colmena. ¡Nos vemos! © CA